martes, 4 de noviembre de 2008

“La plata de la valija era para la campaña de Cristina”.









El jurado declaró ayer al empresario venezolano Franklin Durán culpable de conspirar y actuar ilegalmente en Estados Unidos como un agente del gobierno venezolano en el llamado “caso del maletín”. Ahora el empresario afronta una condena máxima de 15 años de prisión.

Convengamos que ya por enésima vez se repite lo mismo: “La plata de la valija era para la campaña de Cristina”.

Pero también convengamos que el contenido de la valija era un vuelto, una coima fraccionada en varias entregas que ingresaron por negocios realizados con el bolivariano.

El hecho que por chapucería les haya estallado en las manos es algo totalmente creíble y puede tranquilamente haber sido vendida la maniobra por plata, para que “Oh sorpresa, justo los descubre la loca que se desnuda para Play Boy”.

“Soy un soldado” fue la lacónica declaración de Guido Alejandro Antonini Wilson cuando se creía perfectamente sostenido por el espionaje de cabotaje, sin darse cuenta que le habían soltado la mano.

Le aplicaron la misma fórmula gastada de las películas de espionaje donde les dicen: “Si fracasa y se pone en descubierto, nuestro gobierno lo desconocerá y dirá que no tiene nada que ver con Ud”

Lo que ha quedado muy tapado es quienes entregaron la entrega de la valija destapando el estofado.

Los progres que saben bastante de estas cosas, han repetido (y repetirán) hasta el cansancio que “fue una maniobra de la CIA, el FBI, Darth Vader o los extraterrestres”.

Y nosotros seguiremos escuchando estupideces sobre un hecho tan transparente desde las oscuridades de la corrupción. Como si fuéramos estúpidos. Ja!